lunes, 10 de octubre de 2016

Trabajo número 5:

EL BESO.

En aquel puente conocí a esa perdona, la cual tan buenos recuerdos me trae a mi mente se llamaba Pedro y tenía unos ojos que me hacían sentir lo que nunca nada ni nadie me había hecho sentir.

Yo iba caminando cerca de mi casa de verano después de haber tenido una fuerte discusión con mi madre porque yo no quería estar allí ese verano. Entonces choque con el, ese chico alto de pelo castaño y ojos verdes, ese chico que me robo el corazón en ese mismo instante.
Perdona me dijo el y yo como una boba ni me inmute estaba tan nerviosa que no me salía ni una tonta palabra. Justo después el me dijo:
-¡Hola soy Pedro! y... Acepto tus disculpas.
Aun embobada mi mente actuó y me dijo:
-¡PERO QUE HACES CALLADA DILE ALGO!
Entonces como pude le conteste diciendo:
-¡Hola! Yo... Yo soy Lucia y lo siento mucho de verdad.
El se rió y entonces yo como la boba que estoy hecha le dije:
-¡Bueno adiós! me tengo que ir ya a mi casa... ¡Encantada de conocerte!
No esperaba ninguna respuesta así que me di la vuelta y me puse a caminar de vuelta a mi casa.
-¡Lucia espera un segundo! Dijo el.
-Esta noche hay una pequeña hoguera en la playa. ¿Te apetecería venir?. Y así conoces a mas gente.
¡A! por cierto no aceptaré un no por respuesta.
Sonreí y continué caminando hacia mi casa asimilando que uno de los chicos mas guapo que había conocido me había invitado a salir (técnicamente).
Llegó la noche y fui a la playa y allí estaba el esperándome,(si os lo preguntáis en ese momento tenia millones de mariposas en mi estomago).
Me lo estaba pasando genial hasta que mi teléfono sonó (si era mi madre...) me levanté y fui hablar con ella cuando termine me acerque al grupo vi a Pedro besando a otro chico del grupo Luis.


Trabajo número 3:

NADA.

Sobre la estantería estaba la vieja foto, la foto de esa casa en la playa que posee mi familia, una casa en la que ese verano pasaron cosas asombrosas.
Aun recuerdo al cerrar los ojos ese olor a mar que había impregnado en la casa, y también recuerdo esa madera levantada en el suelo de mi cuarto y en su interior un álbum de fotos increíbles de seres que salían de toda normalidad humana. En una de esas fotos estaba yo con ojos luminosos y flotando como si de una luciérnaga se tratase. De repente empiezo a notar frío, mucho frío y entonces despierto, despierto de este sueño tan extraño como la vida misma y me doy cuenta que nada es lo que parece esa foto en la estantería no esta, esos recuerdos no están y yo me miro en el espejo y no estoy no soy nada.
Trabajo numero 2:

¡Ay si salir de fiesta fuera tan fácil!